Friday, October 13, 2006

MI SOLEDAD AMPUTADA




MI SOLEDAD AMPUTADA.

Esta tarde no es como otras,
esta tarde puedes amputar mi soledad.
Podemos ser dos sombras apasionadas que ocultan su deseo al sol,
aunque él inexorable sol las alargue al horizonte del olvido.

Puede que luego, cada noche me ahoguen las angustias de tu falta,
y queden las tuyas caídas como un chal de percal negro.
Puede que luego sienta mis ojos, tentáculos de luna,
huérfanos de tu piel sin poderla llevar a mis pupilas.

Puede que mi amanecer sea el piano
que ofrezca su hombro amigo a mi tristeza,
porque ya no sienta que mi sangre fluye con destino a tu carne,
porque ya no vea en mis brazos látigos para amarrarte a mí.
Entonces, puede que mi pasión quede
sentada al aldabón de tu puerta.

Pero esta tarde, esta tarde es hoy y ahora,
esta tarde puedes amputar mi soledad.
¡Mujer! Verso moreno…

Cuando nos miramos dentro observamos los relojes parados,
y no es que estemos muertos, es que el espacio es un ahora oculto.
aquí y ahora estamos, dormidos los pájaros de nuestro futuro,
dando cama a nuestros cuerpos enlazados,
yaciendo en el abismo entre dos pechos,
tomando luz en tu alma que es estrella de oficio.

Mil esquinas tiene el mundo, pero la mía se ha agotado a tu puerta.
Sé que el fuego no tiene manos pero las mías te queman,
mis manos serán la mecha incombustible que incendie nuestros cuerpos.
porque voy a arrancarte el deseo que arranca en la base de tu cuello.
Mi pasión tiene conductores azules para guardarte mar adentro,
Quiero aprenderte con mi lengua, caracol de luna
por los vientres de tu noche
mientras bajan relámpagos por mi espalda a beber tu cuerpo.

Disfrutaremos estos trueques de ocios turbios obsequiados,
cortaré las ramas de mi boca con tu balbucir sonoro,
y te obsequiaré mis lanzas de emociones cumbre de mis instintos.
Quiero que tu cielo no me falte,
porque esta tarde me reservo el derecho de gemir con tus caricias.
No sé predecir el mañana,
pero esta tarde has amputado mi soledad
y puede que mi aurora.

Pepe Martín

Desnúdate el mármol



Desnúdate el mármol

Di porque cantas viejo cantor,
si sabes que ya no aguardas tu mes de abril.
Que si el ave se engata en su canto
cuando la sangre le quema entre las plumas,
provocará el trino de otras aves
y retará a cielo abierto a otros pinzones
reclamando nupcias en su rama.
Di porque cantas viejo cantor,
si sabes que ya no aguardas tu mes de abril.

Desnúdate el mármol de tu sombra pretérita,
y viste el césped de tu alba renacido,
danza sobre tu tumba olvidada
y siente que el fuego esta en tus plantas
presto a incendiarte de cuerpo entero.

Apresta tus alas a volar el éter
y clava tu pico en el humus
que obsequia las orugas del placer,
dale tus violines a los brotes
que te obsequian su savia,
vive gota a gota el aún no estoy muerto
y aprende que la vida, además de ser cristal,
precisa tierra, rama o flor
para posarse como un ave.

Pepe Martín

Ángel coronado de espinas




Ángel coronado de espinas

¡Ah, qué herencia más pobre la del muerto al amor
y qué rica es la del que muere de su vida!
Porque el muerto es plano, no se duele, ni sufre, ni ríe.
Es como un reflejo en el agua errante, apenas un brillo, nada.
Una vida sin flores blancas o negras,
se desmorona en grices cenizas,
se puede resumir y en un minuto ser contada,
ni dice ni aporta nada.

El dolor es malo, pero indicativo de vida,
entre alaridos da la rama sus hojitas en primavera,
entre llantos alegres es parida la flor.
Nunca temáis al dardo que atraviesa el alma,
a la flor del oro, a la luna de marzo.
al llanto de una virgen, a la risa del agua,
al sosiego en los ojos, a la boca florecida.

¡Ah qué herencia más pobre la del muerto al amor
y qué rica es la del que muere de su vida!
El muerto al amor no tiene primaveras,
camina perdido, duerme un sueño gris de alcantarilla,
trabaja desesperanzas, come sin mirar al cielo de unos ojos.

Aquél que se muere de vida posee alas,
es caricia de nieve que la piel abrasa,
es la sirena que surge de la indolencia,
es caricia en una boca que lo dice todo callada.,
verso que arde en la noche helada,
estallido de un corazón florecido...

¡Ah, qué herencia mas pobre la del muerto al amor
y que rica es la del que muere de su vida!
Porque el amor es un ángel coronado de espinas.

Pepe Martín

Vientre de mis versos.




Vientre de mis versos

Que tus penas sean cruces cicatrizadas
como cauces secos,
restos de un llanto diluido en el olvido.
Que tu alegría sea un alba
como sonrisas infantes florecidas de vida.

Qué inmensa es la sombra viva,
qué leve luz la de una vela ilusionada
encendida a pesar de los vientos,
pero ella empuja con fuerza esas tinieblas.

Nunca mueras ni te musties tú niña,
brinca como un gamo y canta en tu pradera,
tengan siempre tus ojos los verdes, púrpuras y violetas
que te lleven a una noche de violín ilusionada
con un manto estrellado de labios
que te musiten entre versos:
¡eterna mía hoy es otro principio de nuestro siempre!

Deja que bese tus manos,
deja que juegue bemoles en tus dedos,
Tengo bajo mi lengua
la perla azul de un te amo
y quiero ver cómo la adorna
la piel en flor de tu pecho.
Quiero desbordar tus ríos
y elevar en un tres por cuatro tus olas,
incendiar tus campos y lloverme en tus ojos,
y morir de un beso en la rosa de tu sangre
con esta que es tu boca y vientre de mis versos.

Pepe martín.
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